La plantilla del Mallorca escucha a su técnico, Michael Laudrup, durante un entrenamiento en Son Bibiloni. | Monserrat

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105 días después, el circo de la Liga vuelve a instalarse entre las paredes de Son Moix. Y lo hace, además, con uno de los puntos de referencia del calendario, uno de esos encuentros de categoría especial que paralizan durante dos horas la actividad en torno al resto del campeonato. El Mallorca de Michael Laudrup, la primera versión del proyecto diseñado este verano por Serra Ferrer, se pondrá por primera vez el traje de etiqueta para abrirse camino entre la maleza de una Liga que todavía no ha olvidado su maravillosa intervención del ejercicio anterior. Y aunque con eso la cita ya estaría bastante condimentada, la agenda del torneo va a aportarle al encuentro un plus de pimienta. Se estrenan los bermellones ante una de las grandes atracciones del fútbol mundial, un Real Madrid que, con José Mourinho al volante, tratará de poner en Palma la primera piedra de una reforma que debería devolverle la gloria de la que se ha desprendido en los últimos tiempos (Iberostar Estadio, Canal Plus, 21.00 horas).

Lo de esta noche no tiene nada que ver con los clásicos prólogos ligueros de cada final de verano. Y es que, pese a seguir durante todo el estío un camino lleno de curvas, llega el Mallorca al punto de partida con la cabeza muy alta. Los bolos de la pretemporada han arrojado tantas luces como sombras, pero el equipo se ha blindado psicológicamente gracias a los últimos acontecimientos. La irrupción de los canteranos, el compromiso de Nunes y, sobre todo, la llegada de Fernando Cavenaghi, le han devuelto el entusiasmo a un grupo castigado por su exclusión europea que ahora, después de empezar de cero, vuelve a creer en la posibilidad de reeditar sus éxitos más recientes.

Laudrup, que ha invertido casi dos meses de trabajo en construir un once consistente, lo tiene más o menos claro, aunque la principal incógnita de la jornada reside en saber si Cavenaghi debutará con la camiseta del Mallorca aprovechando el impulso que cogió en las primeros capítulos de la liga francesa, aunque lo más probable es que apueste de inicio por la dupla Víctor-Enrich. En cualquier caso, lo que más importa es que vuelve el fútbol, que empieza lo bueno.