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La prensa ha ido evolucionando a lo largo de los siglos, si bien los que ahora son mayores se habían acostumbrado a informarse a través de la radio, la televisión y los periódicos y semanarios que compraban en el quiosco. La revolución tecnológica lo cambió todo y hoy millones de personas descubren lo que pasa en el mundo en la pantalla del móvil, y no solo en los periódicos digitales, sino en las redes sociales o incluso en plataformas de mensajería. Y todavía no ha desembarcado a lo bestia la inteligencia artificial, porque cuando lo haga ya será del todo imposible diferenciar una noticia de un bulo, una fantasía, una barbaridad o cualquier cosa que la mente humana sea capaz de imaginar. Cuando puso fin a sus cinco días de reflexión –son ya en sí mismos un meme–, el presidente del Gobierno dijo que hay que diferenciar entre medios de comunicación y pseudomedios que se camuflan como prensa seria y en realidad ni contrastan sus noticias ni tienen el menor interés en hacerlo, porque las cocinan ellos mismos con el único objetivo de manipular la opinión pública. Yo no sé dónde está la frontera entre unos y otros, pero sí sé que hay cosas que son noticia. Como el Primero de Mayo, que se celebra en todo el mundo y saca a la calle a millones de trabajadores a defender sus derechos. Toda la prensa se hace eco de este acontecimiento. ¿Toda? Toda no. El miércoles había ‘medios’ digitales que no dedicaron ni una línea a hablar del tema. ¿No canta mucho? Que estén financiados por la derecha y quieran defender a ultranza los privilegios de la clase empresarial no creo que justifique ese silencio. Ese borrado tan tosco de la realidad. Porque cualquier humano de este planeta sabe qué es el Primero de Mayo y qué significa.