Por estas cosas de la inflación atribuida a la guerra de Ucrania, que según los expertos iba a ser transitoria, casi todos los Gobiernos de Europa tienen problemas serios con la cesta de la compra, y aunque llevan un año implementando medidas para paliar la carestía de los alimentos, tales medidas sólo funcionan unas semanas, si funcionan, y enseguida retorna la penuria alimentaria. ¡Problemas alimentarios en Europa! Eso sí que no nos lo esperábamos. Esperábamos una guerra atómica, o una tragedia invernal por falta de gas y recursos energéticos, pero no el infortunio más antiguo de la humanidad: Cómo conseguir comida. Y mañana qué comemos. Esa pregunta angustiosa recorre toda la literatura universal durante siglos, es el gran tema (subyacente, como la inflación) de millares de novelas y relatos, y yo diría que incluso es la madre de la cultura, cuyo desarrollo sólo obedece a la necesidad de contestarla. Europa también ha pasado hambre durante milenios, de ahí la poderosa cultura occidental. ¡Pero ahora…! ¡En plena era tecnológica!
Y mañana qué comemos
Palma10/03/23 0:29
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1 comentario
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No regular el capitalisme té això, que tornam al feudalisme on uns pocs poden fer el que vulguin amb la majoria pobre