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El Informe de Coyuntura Económica de Balears presentado ayer por el titular de la Conselleria d'Economia i Hisenda, Carles Manera, no puede ser más desalentador. La previsión de un descenso del Producto Interior Bruto balear del 1'5 por ciento para 2010, por encima incluso de la media estatal para el próximo ejercicio, confirma la gravedad de la crisis económica y la necesidad imperiosa de adoptar medidas que permitan paliar sus efectos inmediatos "las tasas de desempleo creciente ya son escandalosas y van camino de seguir subiendo" y, como tarea prioritaria, consolidar una recuperación con garantías de futuro. La necesidad de un cambio en el modelo económico debe dejar de ser una frase tópica y sin contenido. El Centre de Recerca Econòmica (CRE) ya ha anunciado una caída del 1'8 por ciento del PIB balear en el tercer trimestre de este 2009, en plena temporada turística, y plantea desde hace años la inaplazable reconversión de nuestra principal industria: el turismo.

La anunciada recuperación de economías como la británica y la alemana no pueden plantearse como una tabla de salvación para Balears. Frente al desolador panorama económico de las Islas, con cifras tan adversas que no se conocían desde hace décadas, es preciso reclamar de nuestros responsables políticos y del resto de agentes sociales implicados "empresarios y sindicatos" un cambio radical de actitud que sea capaz de generar confianza entre los ciudadanos e inversores sobre la capacidad de nuestras Islas en continuar generando riqueza, como viene ocurriendo en los último cincuenta años. Lo adelantado por Manera es el diagnóstico de nuestra economía, ahora es el momento de aplicar el tratamiento para salir de la crisis.