Tras tres años de obras ha entrado en funcionamiento esta instalación que recoge las aguas residuales y pluviales de esta zona del levante de Palma | Ajuntament de Palma

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El tanque de tormentas y el colector interceptor, construidos por EMAYA y financiados por la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Gobierno de las Illes Balears a través del canon de saneamiento, entraron en funcionamiento a finales del mes de noviembre.

Así, durante los últimos episodios, ya recogieron aguas residuales y pluviales evitando su vertido al mar. El pasado 28 de noviembre el colector recogió 26.676 m3 de aguas mixtas (el equivalente a 8 piscinas olímpicas), que se almacenaron en el tanque para ser tratadas posteriormente en la depuradora. Se evitó así el vertido al mar de estas aguas y de la contaminación que arrastran las lluvias, que queda retenida y decantada en el fondo del tanque. El funcionamiento de estas infraestructuras reduce por lo tanto la contaminación de las aguas de la bahía de Palma y evita el 90% de los cierres de las playas de Can Pere Antoni y Ciudad Jardín.

La entrada en servicio se ha producido después de tres años de obras. El mes de octubre se realizaron las primeras pruebas y durante los primeros meses de funcionamiento se está llevando a cabo un seguimiento para realizar los ajustes necesarios en los mecanismos de esta infraestructura.

El proyecto conjunto, que ha supuesto una inversión de 27 millones de euros, está formado por el colector interceptor, el depósito de laminación y una estación de impulsión. El colector, una gran tubería de 2 metros de diámetro, recorre tres kilómetros desde la avenida de Gabriel Alomar y el tanque. Está conectado con otras conducciones secundarias y recoge las aguas residuales y pluviales de esta zona del levante de Palma.

El tanque de tormentas tiene una capacidad de 50.000 m3. Sus dimensiones son 101,5 x 80,5 metros y 7,4 metros de altitud, aproximadamente 4 excavados y 3 sobre el terreno. Aquí se recoge el agua en episodios de lluvias para posteriormente irla derivando hacia la depuradora para su tratamiento.

Estas infraestructuras se complementarán con la nueva depuradora, que se construirá en terrenos adyacentes. El incremento de la capacidad de tratamiento de la nueva EDAR acabará definitivamente con los problemas de saneamiento de Palma.