Jordi Carreras es uno de los propietarios de Ses Torres, en Ariany. | Teresa Ayuga / PALMA

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Carreras Mascaró SL es una empresa familiar de restauración. Propietarios de Ses Torres (Ariany), Binicomprat (Algaida) y Ses Cases de Son Sant Martí (Santa Margalida), los tres hijos varones de Pedro y Catalina -Pep, Jordi y Pedro- gestionan también los restaurantes de Son Pardo y el hipódromo de Manacor. Su única hija, Francisca, que también trabajó durante un tiempo en el negocio, orientó su vida hacia otros rumbos.

Pedro y Catalina tenían una pequeña granja -Can Molines- en las inmediaciones de Ariany y ejercían de payeses. Cultivaban todo tipo de productos de huerta y acudían diariamente a diferentes pueblos de Mallorca para vender sus productos en los mercados.
Del campo a la restauración hay un pequeño salto que explica Jordi Carreras, el mediano de los hermanos y casi siempre presente en Ses Torres. “Mi abuelo siempre había tenido el bar de Ariany, Can Jordi. Mi madre lo compró y los matançons que hacíamos para las fiestas del pueblo a finales de agosto se hicieron famosos en Mallorca. Hacíamos botifarrons y porcella”, explica.
El propietario de la finca de Ses Torres ofreció a Pedro y Catalina la posibilidad de comprarla, y no tardaron en formalizar la adquisición e iniciar las obras de construcción del restaurante, que abrió sus puertas en 1990.

“Entonces, mis padres llevaban el negocio. Mi hermano mayor, Pep, conducía un autocar que hacía la ruta entre Manacor y Palma, y yo trabajaba en el matadero. Compraba y vendía carne. Los inicios siempre son complicados y mi hermano Pep y yo decidimos dejar nuestros respectivos trabajos e intentar sacar adelante el negocio. Mi madre siempre ha sido una cocinera de primera, la comida era excelente, pero nos fallaba el servicio. Poco a poco, el negocio fue remontando y mi hermano pequeño, Pedro, se incorporó al volver del servicio militar”, explica Jordi, que habla con nostalgia de aquellos duros años de trabajo.

La empresa, con el paso del tiempo, fue consolidándose hasta convertirse en un referente por la excelente relación calidad precio y el marcado carácter casero de la comida.

Ses Torres abre a las seis de la mañana cada día, de lunes a domingo, sin fiestas ni interrupciones, y cierra a las doce de la noche entre semana. A mediodía ofrece un extenso bufet en el que hay paella de verduras, negra, mixta, fideuà, burballes, porcella, cordero, pescado al horno, escaldums, nuggets, hamburguesas... Y también se puede comer a la carta. Unas 300 personas comen a diario en Ses Torres y la cifra se eleva hasta los 800 comensales los fines de semana.

No tardaron en surgir nuevas oportunidades de negocio, que la familia Carreras Mascaró no desaprovechó. “Hace ya nueve años que cogimos Son Pardo. No fue fácil, pero poco a poco nos fuimos haciendo con una clientela fija. Los tres hermanos, siempre con el apoyo de nuestros padres, también conseguimos rentabilizar Son Pardo”, asegura Jordi. En Son Pardo, que solo tiene abierto al público a mediodía desde las 12.30, el bufet es idéntico al de Ses Torres. Por la noche abre cuando algún grupo lo solicita.
Además, la empresa gestiona en Son Pardo el bar de Sa Curva, que abre a las siete de la mañana hasta las nueve de la noche.

EN CONSTANTE EXPANSIÓN. La empresa continuó creciendo. El restaurante Binicomprat, situado en las afueras de Algaida, y las Cases de Son Sant Martí forman hoy parte de la empresa. “Siempre había pensado que Binicomprat era un restaurante con una ubicación excepcional. Un día vino el propietario a Ses Torres y me dijo que me quería vender Binicomprat. Nos pusimos de acuerdo en el precio y lo compramos hace ya seis años”, afirma. “Nosotros vendíamos las porcelles a las casas de Son Sant Martí, y Biel Bergas, que era el dueño, nos mostró su interés por vender”, continúa diciendo. Y hace ya unos tres años que la compra se rubricó.

En Binicomprat, el bufet también es idéntico al de Ses Torres, mientras que las Cases de Son Sant Martí solo abren sus puertas para grupos, ya sean de comuniones, bodas o cualquier tipo de fiesta o evento multitudinario.

Los fines de semana ofrecen también baile de salón acompañando el bufet, los viernes por la noche en Binicomprat y los sábados por la noche en Ses Torres. Además, la empresa también gestiona desde hace unos dos años el restaurante del hipódromo de Manacor.

El volumen de comidas que sirve diariamente la empresa ha hecho que desde hace ya unos años se ubique en Ses Torres un gran centro de producción pastelera que produce el pan que ha de surtir a todos los restaurantes. Además, elabora también la totalidad de postres caseros que se consumen en los bufets.

El control de calidad de su comida en todos los eslabones de la cadena les ha llevado a disponer también de una granja donde crían todas las porcelles que sirven. “Ya disponíamos de Can Molines, donde tenemos unas 1.200 porcelles, que es la producción que necesitamos para nuestros restaurantes”, indica. “Cada semana matamos entre 450 y 500 porcelles, y también criamos terneras, unas 300, aunque no todas las que necesitamos. Si controlamos la producción, controlamos la calidad”.

SATISFACCIÓN. El día a día de Jordi Carreras se basa en el esfuerzo constante y en muchas horas dedicadas a su negocio. Se levanta normalmente sobre las 7, incluso antes si decide ir a cazar tordos. “Procuro ir todos los días, me gusta mucho”, reconoce. “A las 8 estoy en Ses Torres, de lunes a domingo. No tengo días libres. Me voy sobre las 10 o 10.30 de la noche entre semana y mucho más tarde los fines de semana”, explica.

Con este ritmo frenético, son capaces de ofrecer bufete a 10 euros. El objetivo de Carreras es tener al cliente contento y satisfecho ofreciendo “la máxima calidad a buen precio”.