Las calles de Malmö se han llenado de manifestantes contra la inclusión de Israel en la final de Eurovisión 2024. | Reuters

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En la ciudad de Malmö, al sur de Suecia, miles de manifestantes han salido a las calles este sábado para exigir la exclusión de Israel del festival de Eurovisión 2024, en un clima de tensión internacional. Este acto de protesta se produce solo horas antes de la celebración de la final del concurso, en un momento en que los ojos del mundo están puestos en este evento musical.

Desde el jueves, Malmö, que es la tercera ciudad más grande de Suecia en términos de población y actual anfitriona de Eurovisión, ha sido escenario de movilizaciones masivas. La manifestación de hoy sigue a otra gran concentración que tuvo lugar el pasado jueves, coincidiendo con la actuación de la representante israelí en la segunda semifinal, donde logró clasificarse para la final.

Las protestas han sido organizadas por una coalición que incluye más de sesenta organizaciones suecas y lleva por lema «por la paz y por una Palestina libre». A esta convocatoria han respondido personas de distintas partes de Suecia y de la vecina Dinamarca, además de grupos de asistentes al propio festival.

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«Estamos aquí para alzar la voz por la paz y mostrar nuestro rechazo a la guerra en Gaza», afirmó uno de los organizadores durante la marcha, que tenía previsto culminar a las 18:00 hora local en una plaza distante de la ciudad. Durante el recorrido, los manifestantes corearon consignas contra la guerra y a favor del boicot a Israel, además de expresar su descontento con la Unión Europea de Radiodifusión (UER) por no haber excluido a Israel del festival.

La decisión de mantener a Israel en el concurso ha sido defendida por la UER, apelando al carácter apolítico del certamen. Sin embargo, críticos de esta decisión han destacado la contradicción con la exclusión de Rusia del mismo evento hace dos años, debido a su intervención militar en Ucrania, lo que ha intensificado el debate sobre los criterios aplicados por los organizadores de Eurovisión.

En el contexto de estas tensiones, la final de Eurovisión de esta noche no solo determinará el ganador musical del año, sino que también se perfila como un escenario de manifestaciones en el que se entremezclan la cultura, la política internacional y los derechos humanos.