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La concesión del título de ‘Real’ a una entidad está levantando ampollas de forma injustificada.
En nuestra monarquía parlamentaria la Corona tiene atribuidas funciones muy limitadas, que deben estar recogidas en la Constitución o en las leyes. Y la concesión de honores y distinciones es una de ellas. Así, existen multitud de entidades que gozan de ese estatus por decisión real. A modo de ejemplo encontramos academias, equipos de fútbol, fábricas, y hasta un club automovilístico. Pero ninguno había suscitado tanta polémica como la concesión de la distinción a la Real Academia de la Lengua Balear.

Politizar esta decisión de la Casa Real es tan absurdo como hacerlo con cualquier otra distinción. La Corona es de las pocas instituciones, por no decir la única, que permanecen neutrales y al margen de los intereses partidistas del momento, y así debe seguir siendo para garantizar que cumple con la principal función que tiene encomendada, que no es otra que ser el símbolo de la unidad y permanencia de España, función muy necesaria en los tiempos que corren, donde el separatismo gana fuerza y amenaza a la supervivencia de nuestro país en determinados territorios.

La Real Academia de la Lengua Balear defiende sus intereses y persigue sus objetivos de manera legítima, pero ello no implica que sus postulados sean asumidos por S.M. el Rey. Es más, afirmar que Felipe VI defiende una determinada política lingüística por el mero hecho de conceder el título de ‘Real’ a la entidad no es riguroso ni prudente.

Nuestra constitución establece que el castellano es la lengua española oficial del Estado y nuestro Estatuto de Autonomía que la lengua catalana, propia de las Illes Balears, tendrá, junto con la castellana, el carácter de idioma oficial.

Estemos de acuerdo o no, pretendamos reformar o no dichos preceptos, lo cierto es que la existencia de la Real Academia de la Lengua Española no implica que la postura del Monarca sea sustituir ‘castellano’ por ‘español’ en nuestra Constitución, al igual que afirmar que quienes no defienden la sustitución de ‘catalán’ por ‘balear’ en el Estatuto, están en contra del Rey, porque existe la Real Academia de la Lengua Balear, es inmiscuir falsamente a la Corona en un debate político ajeno, en el que ni ha entrado, ni le corresponde estar y eso deberíamos evitarlo todos, por responsabilidad.