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El cine Moderno era uno de los más antiguos de Palma. Estaba situado en la plaza de Santa Eulalia, formando ángulo con la Casa de Socorro. Sus propietarios eran los señores Villalonga. Las primeras salas que funcionaron en Palma fueron, junto al Lírico, La Protectora, Círculo de Obreros Católicos, el Teatro Balear y el Moderno. Este último trajo algunas innovaciones; fue el primero que expendía unos tíquets de abono semanal. Otra modernidad fue la pantalla. Consistía en un forro de yeso fino con acabado granulado. Este cine instauró la idea de amenizar la proyección y sus descansos con la música de piano y violín de las hermanas Delgado. Sus actuaciones eran en riguroso directo. Al cabo de cierto tiempo era una Jazz Band la que actuaba en tan entrañable marco. Cuentan que en los años cuarenta, teniendo por lema «La vida sigue», los mallorquines trataban de divertirse y su entretenimiento consistía en tomarse un café de malta o achicoria en la terraza del bar Formentor o de la Granja Reus para, más tarde, acudir al cine. Años después la consumición era más sabrosa pero tenía lugar en los mismos bares y el entretenimiento en el mismo cine. Los niños solían coleccionar los programas del Moderno, que era uno de los cines más concurridos. Allí se proyectaban películas del Gordo y el Flaco. Sin embargo son muchos los que aún recuerdan haber disfrutado en el Moderno de la más famosa pelicula de aventuras, «El Fantasma de la Ópera». En el año setenta este cine legendario ya había cerrado sus puertas. Por eso ofrecemos una imagen gris.