Archivo - Puerta principal de la Ciudad de la Justicia de València | Rober Solsona - Europa Press - Archivo

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Cuatro personas acusadas de obligar a un familiar a utilizar cubiertos, vajilla y toallas distintas a las suyas por su orientación sexual lo niegan: «Se lo ha inventado. Siempre se le ha tratado como a uno más».

Así lo ha indicado uno de los acusados, cuñado de la víctima, en el juicio que se sigue contra él, su mujer, otro cuñado y su suegro en la sección cuarta de la Audiencia de Valencia por un delito de odio por, supuestamente, insultar y vejar a su familiar por su orientación sexual.

Fiscalía reclama provisionalmente para los acusados una pena de prisión de un año y ocho meses y penas de multa y trabajos en beneficio de la comunidad por un delito leve de lesiones y otro delito de maltrato.

Los hechos, según recoge la fiscal, sucedieron durante años cuando los acusados --siempre según su escrito-- se dirigían a la víctima con expresiones como 'maricón de mierda' en lugar de llamarlo por su nombre, le obligaban a usar cubiertos, vajilla y toallas distintas a las del resto de la familia y trataban su homosexualidad como si fuera una enfermedad contagiosa.

El 18 de febrero de 2022, según mantiene Fiscalía, la hermana de la víctima y su marido acudieron a la casa de Gandía donde vivía el perjudicado con su padre. En esta visita, el cuñado le cogió del cuello, le golpeó con patadas y puñetazos mientras le insultaba y le decía 'muérete maricón'. La hermana y el padre de la víctima actuaron de común acuerdo con la agresión y se pusieron en la puerta para impedir que escapara.

El cuñado ha negado estas acusaciones. En concreto, ha explicado durante la vista que se originó una discusión entre su mujer y su cuñado y ésta le llamó para que escuchara las «perrerías» que le estaba diciendo su hermano.

«Entonces empezaron a insultarse y yo impedí que él saliera por la puerta para que escuchara lo que le tenía que decir su hermana. Pero en ningún momento le golpeé ni le insulté. Sólo le empujé para que no saliera de allí. Ni le cogí del cuello ni le dí patadas», ha insistido a preguntas de la fiscal.

También ha negado haberle insultado o haberle llamado 'maricón': «A él no le he insultado nunca». En esta línea ha asegurado que ni su suegro ni su mujer le animaban a que agrediera o insultara al familiar.

Ha explicado que su cuñado tenía «envidia» y «celos» a su hermana y ha indicado que éste les contó su orientación sexual en 2008 y les presentó a su primera pareja. «Nunca le insulté por eso ni le dije maricón. Nadie lo ha insultado y no lo hubiera consentido. Todo eso se lo ha inventado. No tenía cubiertos o toallas diferentes ni sus cosas a parte. Siempre se le ha tratado como a otro más y nunca se le ha excluido de eventos por su orientación sexual», ha insistido.